Casi una veintena de sacerdotes junto con el Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo, siguen participando en los Ejercicios espirituales que dirige D. José Manuel Sánchez Caro y que se extenderán hasta el viernes.
Estos ejercicios suponen días de introspección, de análisis, de oración y de previsión. El sacerdote (o todo laico que los hace) sale renovado interiormente, con deseos de vivir más plenamente su quehacer ordinario.
Desde la fe, el ejercitante deja que el Espíritu penetre en su vida y le permita ver la realidad de su existencia, de la sociedad, de la historia… con ojos nuevos. Con los mismos que la primera comunidad experimentó el acontecimiento de la salvación que recibía de los apóstoles y hacía de su vida una propuesta diferente. Cristo había triunfado sobre todas las contrariedades de la vida y le ofrecía un caudal de fortaleza, de esperanza y posibilidades de transformación.
La invitación que el Papa hace para que asumamos una Iglesia en salida, se entiende y se experimenta de manera especial en los ejercicios. El sacerdote (todo cristiano) se dispone a encontrase con los demás, con las familias, con los profesionales, con la sociedad y ofrecerles un modo de vida más humano, más solidario, más sincero. Hacer ejercicios es renovar tu propia vida y disponerte a renovar las vidas de los demás.
Es lo que se propone este grupo de sacerdotes que viven en familia durante la semana en los espacios de nuestro seminario.