Sor Concepción: «Llegó un momento en el que he sentido la llamada a ser una monja contemplativa»

La fecha del 27 de mayo, está marcada en rojo en el calendario del Convento de la Pasión de las MM. Agustinas. Mañana sábado, tendrá lugar la Profesión Solemne de Sor Concepción, una monja que llegó hace cuatro años a San Felices de los Gallegos y cuyo país de procedencia es Kenia.

Reconoce que los días previos los está viviendo “con mucha preparación” y enumera “retiro, oración y reflexión para contemplar la vida que voy a tomar, contemplo mi identidad”. Es habitual que unos días antes la profesa entre en ejercicios en los que no se mantiene contacto con nadie para poder interiorizar y discernir lo que Dios quiere de ella.

Antes de formar parte de esta comunidad de Agustinas, Sor Concepción estuvo en la Congregación de la Madre Teresa de Calcuta y “allí hice toda mi formación”, pero reconoce que “llegó un momento en el que he sentido la llamada a ser una monja contemplativa, pidiendo permiso a mis superioras”.

Valora de este convento “la vida en común, siempre hacemos todas las cosas juntas, caminando juntas desde la mañana hasta la noche”, y entre las tareas que tienen asignadas se incluyen desde la limpieza, a la elaboración de dulces sin olvidar el huerto. También las monjas más jóvenes cuidan de las más mayores en una comunidad que en la actualidad suma ocho religiosas.


Por supuesto, la parte principal tiene que ver con el cuidado del alma, con los rezos y meditaciones que se suceden a lo largo del día y donde también tienen cabida la lectura, el estudio o la música.

D. Ángel Olivera, Delegado Episcopal para la Vida Consagrada y Asociaciones Pías de Fieles, será el encargado de presidir esta Profesión Solemne que dará comienzo a las 17:00 horas.

“Es un momento para dar testimonio en la Iglesia, para decir que quiero seguir este camino”, explica Sor Concepción, quien también reconoce el apoyo que siempre las brindan los vecinos de San Felices de los Gallegos: “Tenemos mucha conexión con nuestro pueblo de San Felices, ellos siempre están con nosotros, la concordia es muy fuerte”.

Concluye comentando la ilusión de su familia por el paso que ahora da; recuerda que cada uno puede rezar desde su vocación, no solo las monjas, aunque en el caso de una contemplativa como ella “nuestra mirada siempre está en Él, nuestra esperanza siempre es Jesús”.