Los integrantes de la Delegación de Misiones siempre están pendientes de la situación que tienen los misioneros de la Diócesis repartidos por el mundo.
Doña Teresa Herrero, comboniana natural de Martiago, es una de las misioneras con las que el contacto es habitual y en los últimos días ha sido en persona ya que ha visitado la comarca mirobrigense.
En la actualidad reside en la casa provincial de las Misioneras Combonianas en Madrid. Está en contacto permanente con la gente de su misión en Ecuador, a los que envía toda la ayuda material que consigue. Realiza diversas manualidades que luego vende para enviar el dinero a Ecuador. También ayuda a las hermanas de comunidad más delicadas de salud. Su deseo es volver a Ecuador, pero de momento no es posible, debido a su estado de salud.
Teresa Herrero ha contado en más de una ocasión todas las vicisitudes que tuvo que pasar para llegar a ser misionera pues lo intentó desde los 15 años y una década después llegó a Ecuador «donde he trabajado haciendo de todo un poco». Siempre deja claro que «nunca he sentido mi vida como un sacrificio».